Infecciones respiratorias: guía de prevención
Consejos del doctor, Adultos mayores /
Aprende cómo protegerte y prevenir las infecciones respiratorias. Conoce la diferencia que hay entre las enfermedades causadas por virus o bacterias.
Las infecciones respiratorias se encuentran entre las enfermedades más comunes en el servicio de atención primaria. Cada año, se pierden millones de días laborales debido a que los adultos presentan síntomas como fiebre, tos y congestión nasal, o por atender a niños enfermos. Si bien puede que no sea posible prevenir todas las enfermedades menores, podemos esforzarnos colectivamente para protegernos a nosotros mismos y a los miembros vulnerables de la comunidad de enfermedades potencialmente mortales.
Descripción general de las infecciones del tracto respiratorio
Las infecciones del tracto respiratorio (ITR) abarcan una amplia gama de enfermedades que afectan el sistema respiratorio, incluida la nariz, la garganta, las vías respiratorias y los pulmones. Los síntomas y el tratamiento pueden variar según el tipo específico de infección y su gravedad. Las infecciones del tracto respiratorio superior abarcan una variedad de afecciones, como el resfriado común, la gripa, la sinusitis, la amigdalitis y la laringitis. Mientras que las infecciones del tracto respiratorio inferior a menudo presentan síntomas más graves, como tos persistente, flema, fiebre o disnea.
Ciertos virus que causan infecciones del tracto respiratorio superior también pueden afectar el tracto inferior, incluida la influenza, el virus respiratorio sincitial (VSR) y el COVID-19. Las infecciones bacterianas de las vías respiratorias inferiores suelen provocar neumonía, mientras que enfermedades crónicas como el asma pueden provocar tos y dificultad para respirar. Es fundamental distinguir entre estas infecciones respiratorias, ya que sus tratamientos difieren significativamente.
Virus vs. bacterias
Tanto los virus como las bacterias pueden causar infecciones respiratorias y ambos son altamente contagiosos. Se propagan a través de la tos, los estornudos o el contacto con personas infectadas. Sin embargo, funcionan a través de mecanismos diferentes.
A menudo se considera que los virus son inertes. Dependen de las células huésped para replicarse, propagando los síntomas por todo el cuerpo. Por el contrario, las bacterias son organismos vivos capaces de replicarse de forma independiente, que suelen causar síntomas localizados.
Piensa en los virus como pequeños secuestradores: invaden nuestras células y las utilizan como fábricas para hacer más copias de sí mismos, propagando los síntomas por todo nuestro cuerpo como invitados no deseados a una fiesta. Por otro lado, las bacterias son más bien como trabajadores autónomos, capaces de multiplicarse por sí mismos y causar problemas justo donde se instalan. Por ejemplo, la faringitis estreptocócica bacteriana tiende a localizarse solo en la garganta, mientras que el resto del cuerpo permanece libre de dolor.
Las diferencias entre virus y bacterias significan que los antibióticos serán ineficaces para combatir una infección viral y los antivirales no serán efectivos para combatir una infección bacteriana.
Prevención de infecciones respiratorias
Estos sencillos pasos te pueden ayudar a proteger tu salud:
- Realiza una buena higiene de manos: una de las formas más sencillas y eficaces de prevenir las infecciones respiratorias es lavarse las manos regularmente con agua y jabón durante al menos 20 segundos (la duración aproximada de la canción de Feliz Cumpleaños). Si no dispones de agua y jabón, utiliza un desinfectante de manos con al menos un 60 % de contenido de alcohol.
- Mantén el protocolo respiratorio: cubre la boca y la nariz con un pañuelo o el codo al toser o estornudar para evitar la propagación de gotitas respiratorias. Después desecha los pañuelos usados de inmediato y desinfecta las manos.
- Fortalece tu sistema inmunológico: un sistema inmunológico fuerte es la primera línea de defensa de tu cuerpo contra las infecciones. Mantén una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales. Haz ejercicio con regularidad, prioriza el sueño de calidad y controla el estrés para favorecer tu salud inmunológica.
- Manténte al día con las vacunas: las vacunas son una herramienta vital para prevenir infecciones respiratorias como la influenza y la neumonía. Manténte al día con las vacunas recomendadas y consulta a un profesional de la salud en Sanitas para obtener orientación sobre vacunas adicionales que pueden ser beneficiosas para ti.
- Evita el contacto cercano con personas enfermas: si es posible, manténte alejado de las personas que presenten síntomas de infecciones respiratorias. Mantén una distancia segura, especialmente en entornos concurridos, para reducir el riesgo de transmisión.
- Desinfecta las superficies de alto contacto: desinfecta con frecuencia las superficies que se tocan comúnmente en tu hogar y lugar de trabajo, como cerraduras, interruptores de luz, encimeras y dispositivos electrónicos. Usa desinfectantes aprobados por la Environmental Protection Agency (EPA) y sigue las instrucciones del fabricante para un uso eficaz.
- Busca atención médica inmediata: si presentas síntomas de una infección respiratoria, como fiebre, tos, dolor de garganta o dificultad para respirar, busca atención médica de inmediato. La intervención temprana puede ayudar a prevenir complicaciones y limitar la propagación de la enfermedad a otras personas.
Puedes reducir significativamente el riesgo de contraer y propagar infecciones respiratorias incorporando estas medidas preventivas a tu vida diaria. Protegerse a sí mismo también significa proteger a quienes te rodean, en particular a los miembros más vulnerables de nuestras comunidades.
Síntomas y tratamiento
Las infecciones de las vías respiratorias abarcan una amplia gama de enfermedades que afectan las vías respiratorias. Desde los molestos mocos de un resfriado común hasta los síntomas más graves de la neumonía, estas infecciones varían en gravedad y tratamiento. A continuación, se presentan algunos síntomas generales y opciones de tratamiento que debes tener en cuenta.
Los síntomas de las infecciones respiratorias pueden incluir:
- Tos: una tos persistente es uno de los síntomas distintivos de las infecciones del tracto respiratorio. Puede ser seca o producir mucosidad, según la causa subyacente.
- Dolor de garganta: muchas infecciones del tracto respiratorio, en particular las causadas por virus como el resfriado común o la gripa, pueden provocar irritación y malestar en la garganta.
- Congestión nasal: la congestión en los conductos nasales es común, especialmente en infecciones como el resfriado común o la sinusitis.
- Secreción nasal: la secreción nasal excesiva, a menudo acompañada de estornudos, es un síntoma común de las infecciones del tracto respiratorio.
- Fiebre: la fiebre es la respuesta natural del cuerpo a la infección y puede acompañar a varias infecciones del tracto respiratorio.
- Dificultad para respirar: en casos más graves, en particular los que afectan el tracto respiratorio inferior (p. ej., bronquitis, neumonía), las personas pueden experimentar dificultad para respirar o falta de aire.
- Dolor en el pecho: pueden presentarse molestias o dolor en el pecho con ciertas infecciones respiratorias, especialmente las que afectan los pulmones.
- Fatiga: Sentirse cansado o fatigado es un síntoma común de muchas infecciones, incluidas las infecciones del tracto respiratorio.
El tratamiento de las infecciones respiratorias puede incluir:
- Descanso: el descanso adecuado es fundamental para que el cuerpo pueda combatir las infecciones. Duerme lo suficiente y evita el esfuerzo excesivo.
- Hidratación: bebe muchos líquidos, como agua, infusiones y caldos, para mantenerte hidratado y ayudar a aliviar la congestión.
- Medicamentos de venta libre: según los síntomas, los medicamentos de venta libre, como analgésicos (p. ej., paracetamol, ibuprofeno) y descongestionantes (p. ej., pseudoefedrina, fenilefrina), pueden brindar alivio. Sigue siempre la dosis recomendada y consulta a un profesional de la salud si tienes alguna pregunta o inquietud.
- Gárgaras con agua tibia con sal: hacer gárgaras con agua tibia con sal puede ayudar a aliviar el dolor de garganta y reducir la inflamación.
- Uso de humidificador: usar un humidificador o inhalar vapor puede ayudar a humedecer el aire y aliviar la congestión nasal.
- Antibióticos (si es bacteriano): si se sospecha una infección bacteriana (p. ej., neumonía bacteriana, sinusitis bacteriana), tu médico puede recetarte antibióticos. Sin embargo, los antibióticos no son efectivos contra infecciones virales como el resfriado común o la influenza.
- Medicamentos antivirales (si corresponde): en algunos casos, se pueden recetar medicamentos antivirales para tratar ciertas infecciones respiratorias virales, como la influenza.
- Busca atención médica: si tienes síntomas graves, empeoramiento de los síntomas o signos de complicaciones (p. ej., dificultad para respirar, dolor en el pecho), busca atención médica de inmediato.
¿Crees que estás padeciendo una infección respiratoria? En ese caso, lo mejor es que consultes a un profesional de la salud para que te haga un diagnóstico preciso y te recomiende un tratamiento adecuado a tu situación médica específica.
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